lunes, febrero 27, 2012

Proterrucos del caso Chavín de Huántar más perdidos que anchovetas en catarata.

Según explicó el penalista Mario Amoretti, el peritaje realizado por Jose Pablo Baraybar, antropólogo forense y proterruco sin título para ejercer esa función, (la de antropólogo forense), porque para pelotudo y proterruco no se necesita tener título alguno, "fue parcializado y deficiente, por lo que no puede ser considerado como una prueba contundente para determinar si hubo ejecuciones extrajudiciales en el operativo", según anda rebuznando la ONG Aprodeh.

Según sustenta el peritaje del Genio Baraybar , uno de los malparidos fue muerto a quemarropa, pero según Amoretti eso es imposible de saber luego de 5 años de la muerte del terruco, pues según dijo "solo se puede medir la distancia de un disparo analizando el tejido que rodea la herida de bala, y cuando se hizo dicho examen ya no había tejidos".
   
Según publicó ayer el Diario La Razón: "Amoretti Sostuvo que es factible que algún legislador pueda solicitar la inconstitucionalidad del decreto supremo que anula uno anterior, de 1995, el cual prohibía la presentación pública por parte de la autoridad policial de los detenidos con motivo de la comisión de cualquier delito.
El especialista afirmó que esto es factible debido a que la nueva norma representa una “estricta violación a la presunción de inocencia”.
“Hay que respetar la Constitución y ya lo ha dicho el Tribunal Constitucional (TC) en varias sentencias, e incluso una en favor de Abimael Guzmán que dice que el detenido aún haya cometido el delito más grave tiene el derecho constitucional a su dignidad”

Bueno, ahora yo quiero dar mi opinión de experto al respecto.

Primeramente quiero que sepan que este loco, antes de convertirse en orate y durante plena época del terrorismo, trabajó en una compañía de importación y venta de armas y municiones para civiles y también para las fuerzas armadas, es decir, vendía desde una pistolita calibre 22, hasta, si el gobierno lo requería, y se ganaban las licitaciones, aviones, submarinos, tanques, etc. claro que con su debida cartuchera para portarlos.

Esa chambita, me hizo "el favor" de que los terrucos malparidos pusieran bombas en la puerta de mi casa en 2 ocasiones, pero, debido a mi trabajo en el que tenía que estar más preparado que pavo navideño a las 12 en punto, todos en la compañía fuimos entrenados por un grupo de élite del ejército israelí y gracias a ello, detecté los explosivos y pude llamar a tiempo al escuadrón antibombas para que se hagan cargo del "regalito".

Ese entrenamiento, que a mi entender, también siguen los comandos peruanos, en parte consiste en trabajar en dupla, es decir, entrar a un recinto como el de la residencia japonesa con un compañero, y si uno se tumba a un terruco de un balazo, el segundo tiene "que asegurarlo", es decir, meterle un balazo en la cabeza, pues mientras que el "angelito" pueda mover un solo dedo es un peligro inminente para tu vida y para el resto, por lo tanto, hay que eliminarlo, recuerden que allí los comandos no entraron a jugar a la ronda con colegialas, sino a rescatar rehenes de las garras de terrucos armados hasta los dientes, con armas que no tenían precisamente para jugar a la pega.

De otro lado, en un enfrentamiento urbano, y peor aún dentro una residencia, uno puede encontrarse con el enemigo a pocos centímetros de distancia, como por ejemplo al entrar a una habitación justo cuando el terruco está saliendo.

¿Qué harían o aconsejarían hacer en ese caso el supuesto especialista Baraybar o los proterrucos de la ONG Aprodeh? , ¿que el comando huya dándole la espalda al terruco hasta estar a una distancia de 20 metros para no dispararle a quemarropa?

Es muy fácil rebuznar cuando lo que en realidad se pretende es llenarse los bolsillos con dinero, pretendiendo enjuiciar a nuestros héroes y defendiendo a una sarta de malditos que mataron a muchos miles en nuestro país.

Bueno, mejor lo dejo allí nomás porque mis loqueros ya se dieron cuenta de que estoy disfrazado de Rambo y vienen a desahuevarme más rápido que polvo de conejo.