Siguiendo las huellas, ¿o quizá “EL SENDERO”? de los colorados otorongos, Verónika Mendoza, Javier Diez Canseco y Rosa Mavila, el gusano congresal Rubén Coa, quien agitó las masas en Espinar en contra del Gobierno de su supuesto líder, saltó del barco renunciando de manera irrevocable al Partido Nacionalista Peruano y por ende también a la bancada de Gana Perú.
Lo singular de estas ratas congresales, es que, a diferencia de las otras ratas que saltan de los barcos cuando se están hundiendo, para salvar sus vidas, estas, (las del congreso) saltan del barco que está flotando perfectamente para jalarlo desde el fondo, y tratar de hundirlo.
“Por las razones que han sido ventiladas de manera pública y he expuesto en diferentes momentos, en plazas y escenarios de encuentro con mi pueblo, comunico a la opinión pública mi decisión de renunciar irrevocablemente al Partido Nacionalista Peruano y a la bancada de Gana Perú”, chilló la rata en mención a la prensa, para luego huir sin contestar preguntas, seguro que a ocultarse en su cochina y colorada madriguera.
Al enterarse de su renuncia, el Presidente Ollanta, minimizó el hecho diciendo que eso es “un fenómeno político que pasa en todos los partidos. Lo importante es que esto es una oportunidad para fortalecer la bancada”.
Tal como lo dije líneas arriba, normalmente las ratas saltan del barco cuando éste se está hundiendo, pero, ¿por qué estas están abandonando el barco si en teoría está navegando en perfectas condiciones?
¿Será que saben algo que el resto no sabe y están saltando del barco debido a que están al corriente de que ya alguien o “alguienes”, (con el perdón de la burrada de redacción), lanzó un torpedo que está yendo con curso de colisión contra este, y prefieren alejarse lo antes posible para no verse afectados y subirse al buque agresor?
Recordemos que estas ratas se treparon al “barco” Nacionalista, para ver si allí podían encontrar un poco de “queso” ya que como todos los colorados estaban más olvidados que abuela en asilo, y no tenían ni quien les diera de comer, ya que prácticamente se habían vuelto más etéreos que el hombre invisible con anorexia.
Pero ahora que gracias a que el barco al que se treparon, llegó a buen puerto y con éxito, y ya consiguieron estar en un puesto congresal, abandonan la nave para reunirse con los otros de su manada para tratar de adueñarse de la situación mediante el caos y la fuerza.
Yo creo que esto no es como dice el presidente, “un fenómeno político que pasa en todos los partidos. Lo importante es que esto es una oportunidad para fortalecer la bancada”, sino algo que hay que tomar muy en serio y ponerles un pare antes de que el que salga sea él.
Recuerden que estos bichos son miles de miles y están salpicados por todo el Perú, con ganas de tomar el poder y uno de ellos es nada menos ¡¡que el papá del Presidente!!
Pero bueno, mejor no me hagan caso, porque como ya saben yo solo soy un pobre loco que les escribo cojudeces desde un manicomio local con mi camisa de fuerza.
Aquí les dejo el videíto de lo dicho por Coa.