Alan, nuestro ex presidente de paso peruano, es consciente que no ha
podido delegar en ninguno de sus lugartenientes, el liderazgo y la conducción
de su campaña para revertir la precaria situación política y
jurisdiccional que le toca enfrentar. Se ha “pepeado” es decir, ha
expuesto la cara al tener que salir a defenderse personalmente y reivindicar
fueros.
Usando hábilmente sinergias y usando intensamente a
sus topos, no duda en aliarse incluso con el diablo para recoger al
rebaño, sea propio o ajeno, dentro de los linderos de su establo.
Muchos orates, compañeros de manicomio, dicen que no tendría problemas para
unirse con el fujimorismo, pero en realidad lo que hace este colega de
demencia, es instrumentalizar al fujimorismo con su influencia
y dirección, a través de los infiltrados en ese partido, sujetos de
corazón naranja y bolsillo aprista, quienes se las ingenian, de manera más
solapa que gay en el closet, para contrabandear ideas y posiciones
políticas favorables al APRA y a la campaña del ex mandatario de “LITIO Y
MEDIO”.
De otro lado, dicen que Ollanta se ha quedado sin agrupación
política y que no tiene partido, que no sabe hacer alianzas, ni tender puentes,
y que le aconsejan dejar de pelearse con todo el mundo y comenzar a hacer
pactos.
Pero así como en el fujimorismo
hay topos apristas , en Gana Perú
hay topos proterrucos “progres” haciendo
su trabajo, actuando como cabecera de playa caviar o “huevera”,
(como diría mi genial amiga Mar Mounier), en el
gobierno, como tutores impuestos por el garante Marqués de la
cojudez y su crío, a quienes les resulta inadmisible reconocer y admitir que en
democracia el enemigo político también puede tener poder.
COMBATIR AL
FUJIMORISMO, COMO ANTIDEMOCRÁTICO, POLÍTICAMENTE INCORRECTO Y MOVER
TODOS LOS MEDIOS EXISTENTES DE CIELO Y TIERRA PARA EVITAR QUE LAS
DOS MÁS GRANDES AGRUPACIONES POLÍTICAS DEL PERÚ LLEGUEN A ALGUNOS
ACUERDOS BÁSICOS, ES UNA ESTRATEGIA DESESPERADA DE SOBREVIVENCIA DE
PARTIDOS O AGRUPACIONES QUE VIAJAN A LA EXTINCIÓN Y POCO TIENE QUE
VER LA DEFENSA DE LA DEMOCRACIA.
PPC, PPK, Solidaridad Nacional, Perú Posible, no tienen la identidad, militancia,
ideología, ni los votos del fujimorismo.
Otra de las cosas que se escucha más
fuerte que “cochebomba” dentro de un baño, es que ahora el presidente Ollanta
estaría reconsiderando sus alianzas y empezando a ver con amor al partido de
los ojos chinitos.
Eso nos daría un nuevo partido al que
los internos del manicomio hemos bautizado como: “GANA FUERZA”.
Bueno, los dejo para que mediten en
esta posibilidad por sus propios medios, pues ya mis loqueros han regresado
para aplicarme mi enema vespertino de alambre de púas con crema de rocoto.