Al parecer, ayer al otorongo en jefe "papá pitufo" Abugattás, alguien olvidó darle sus píldoras de "telometíyoduro", medicamento que, a decir de los conocedores lo mantienen cuerdo, dentro de lo posible.
Digo esto, pues según me han dicho y también publicó el diario Correo, luego de una sesión plenaria, que resultó más acalorada que obesa en sauna, donde varios padres patrios de diferentes bancadas criticaron a Abugattás por hacer para su programete "gestores" contrataciones más raras que chancho con alas, éste, (me refiero a Abugattás así que no miren hacia mis partes íntimas, malpensados), se quedó más callado que confesión de sordomudo, pero como buen orate, guardó su rabia para luego lanzar su ponzoña contra el primer incauto que le dirigiera la palabra.
Así fue que el "pobre" presidente de la Comisión de Salud, Segundo Tapia, quien para su desgracia no fue el segundo, sino el primero en encontrarse con "La Bestia" y que precisamente lo andaba buscando, se alegró hasta más no poder al verlo en los pasillos del congreso, se le acercó sonriente pues necesitaba que el ogro le firmara una autorización para que el asesor y secretario técnico de la Comisión de Salud viajen a una audiencia pública en Ayacucho. Pero grande fue su sorpresa, cuando al tratar de entregarle el documento con el lapicero incluido, Abugattás , entró en trompo y rompiéndose la ropa hasta dejarla hecha hilachas (mismo muerto viviente) y con humo verde emanándole de todo el cuerpo, lo miró directamente a los ojos y le dijo "tiernamente" ¡¡¡"YO NO TE VOY A FIRMAR NI MIERDA PORQUE TODO ESTO LO HAN OCASIONADO USTEDES "!!!.
Ocurrido este hecho, Tapia salió espantado a buscar la ayuda de un exorcista, pero, en su camino se encontró con el oficial mayor del congreso y entre lágrimas y temblores le contó lo sucedido.
Finalmente, el agredido por el "Critter" congresal, pidió a un fiscal ordenar una pericia sicológica y siquiátrica para el Otorongo en Jefe.
¡¡UTAMARE!!, ¿¿¿y si lo traen a mi manicomio???
Ya aquí todos los orates hemos amenazado con hacer una huelga de demencia caída y mantenernos cuerdos hasta que nos aseguren que a ese pelotudo no lo traerán para aquí, pues en este digno establecimiento de salud mental, no se aceptan locos rabiosos.
Así que dejo de escribir hasta que se demuestre lo contrario, pues cuerdo ¡¡NO PUEDO ESCRIBIR NI MIERDA!!, como diría el bicho en cuestión.
