Por primera vez, en este humilde blog, he
tomado algo escrito completamente por otro autor y medio, pero lo hago por ser
algo que me parece, es muy importante y que mis seguidores deben enterarse.
Debo indicar de que el Dr. Rolando Sousa, publica
sus columnas en el diario Expreso todos los días Jueves, pero esta vez por la
importancia y relevancia del tema , hizo una publicación extraordinaria el día
de hoy.
Sin más, los dejo con lo que yo considero
un gran destape jurídico.
Aprodeh,
¡siempre Aprodeh!, busca la condena del Estado Peruano en la Corte IDH por la
presunta realización de ejecuciones extrajudiciales en el operativo de rescate
de la Residencia del Embajador del Japón; esta ONG busca el procesamiento y
condena también de los comandos Chavin de Huántar recientemente homenajeados
por el Congreso y toda la Nación, así como el procesamiento y condena del ex
presidente Alberto Fujimori por los mismos hechos.
En paralelo a
los homenajes a los héroes y de forma silenciosa dicha ONG continúa con dicho
trabajo mientras todos los demás se llenan de protagonismo mediático.
Nadie les hace
frente al menos hasta ahora en la parte judicial y tan cierto esto es que el
día lunes 23 último en la Base Naval del Callao rindió su testimonio el
principal testigo de cargo del caso, el ciudadano japonés Hidetaka Ogura, ex
primer secretario de la Embajada del Japón y ex rehén.
Dicha actuación
judicial se produjo sin comunicación previa a ninguno de los abogados que
participan en ese juicio; al llegar a la Base Naval y no dejar entrar desde el
primer momento a la sala de audiencias sin existir razón alguna ya se denotaba
algo extraño.
Una vez los
abogados estuvieron en el interior de la sala de audiencias ya se había
instalado un sistema electrónico que iba a permitir recibir el testimonio del
testigo del Ministerio Público desde el Japón a través del sistema de
videoconferencia. Solo el fiscal Hugo Turriate Loayza y la abogada de Aprodeh
Lucy Chávez Valenzuela conocían de la actuación aquel día de este testimonio.
Como era de
esperar, el ex rehén, al ser interrogado de forma complaciente por el fiscal
Hugo Turriate, insistió con su versión ya conocida, es decir, el haber visto a
dos terroristas rendidos y rodeados por comandos en la segunda planta de la
Residencia y posteriormente haber visto entre los rehenes evacuados al jardín
de la casa contigua al terrorista Eduardo Nicolás Cruz Sánchez (Tito), todos
los cuales aparecieron posteriormente muertos. Hasta ahí nada nuevo.
Lo interesante
vino luego pues al ser sometido a un extenso interrogatorio el ciudadano
japonés reveló muchas cosas interesantes que a continuación se detalla:
Señaló que “él
no se alegró de ser rescatado” sino por el contrario el rescate “le molestó
mucho”, la explicación que dio fue que él “prefería la solución pacífica” del
secuestro, esto es, que el gobierno peruano cediera a las exigencias de los
terroristas (liberación de miembros del MRTA y el pago de un impuesto de guerra
a su favor, además claro está, del avión y la fuga de los secuestradores a la
selva peruana).
Reveló que él,
sin ninguna orden sino más bien “por decisión propia”, se reunía frecuentemente
con los terroristas y conversaba con ellos sobre política; agregó que ninguno
de los otros dos ex primer secretarios de la Embajada Hajime Nakae y Haruo
Nimura, cumplían también dicha labor. Cabe agregar que según los testimonios de
varios rehenes se desconfiaba de Ogura por reunirse a diario con los
terroristas, tomar café y almorzar con ellos e incluso por sospechas de
revelación de un plan de fuga que prepararon meses antes del operativo y del
que misteriosamente logró tener conocimiento Cerpa Cartolini.
A pesar de
intentar justificar su acercamiento con los terroristas en el hecho de buscar
información que transmitir al embajador Aoki, cuando se le preguntó si poseía
entrenamiento militar o formación en trabajo de inteligencia afirmó que no; de
manera que es evidente que el acercamiento con los terroristas no tenía ninguna
justificación.
En estos días el
ex canciller Tudela y el almirante Giampetri, dos de los más importantes
rehenes, sostienen que Cerpa Cartolini afirmaba que tenía “infiltrados” entre
los rehenes. Más claro, ni el agua.
El ex primer
secretario de la Residencia del Embajador expresó que durante la operación de
rescate se encontraba completamente tranquilo al igual que los otros ciudadanos
japoneses, lo cual le permitió observar lo relatado en su carta-denuncia;
además expresó que durante el operativo se podía ver y escuchar con normalidad
al no existir incendios.
¡¡¡Simplemente
increíble!!!, absolutamente todos los militares (146) y policías (250)
participantes de alguna u otra forma en el operativo han señalado que a pesar
de los entrenamientos específicos para este tipo de acciones de combate no
pudieron evitar sentirse conmocionados, aturdidos y naturalmente con el temor
de poder ser abatidos.
Qué decir de los
rehenes. Una pregunta lógica: ¿Cómo se sentiría usted, amigo lector, estar
secuestrado en su casa por terroristas con granadas y misiles y de pronto se
produzca un combate con una patrulla de comandos del Ejército? Sí, en los
pasadizos de su casa… ¿estaría usted sereno? ¿tranquilo? ¿O por el contrario se
encontraría en shock?
Todos los
rehenes han dicho, además, que los disparos y explosiones de granadas
produjeron incendios en la residencia y la producción de humo, de tal forma que
impedía la visibilidad y la audición. Estas incoherencias los especialistas en
derecho penal las denominamos “ausencia del requisito de eficacia probatoria de
la prueba testimonial: razón del dicho”.
Hizo una
revelación contundente: que él NUNCA DECLARÓ PARA LA COMISIÓN DE LA VERDAD Y
RECONCILIACIÓN (CVR) ni tampoco envió documentación alguna sobre el caso Chavín
de Huántar, como así lo hizo conocer a través de un oficio el secretario
ejecutivo de la CVR, Javier Ciurlizza, al juez de la causa Jorge Barreto
enviándole incluso una supuesta carta remitida o enviada por Ogura a la CVR
desde el Japón.
Entonces, siendo
que en el informe final de la CVR se cita la declaración de Ogura como si el
ciudadano japonés hubiere asistido ante sus integrantes mientras que el
supuesto autor niega el hecho, ¿quién miente? ¿Miente Hidetaka Ogura o miente
la CVR y Javier Ciurlizza?
Aquí la
revelación más importante. Su denuncia la formuló en Japón en el 2001 después
de cuatro años del rescate y a raíz que el presidente Fujimori llegó a Japón en
el año 2000. Entonces, Ogura no denunció el hecho delictuoso durante cuatro
años sin explicación razonable alguna, y al llegar Fujimori al Japón, después
de ese tiempo recién se “animó” a “revelar los hechos”.
Según su propio
testimonio no tenía ningún impedimento para haber formulado su denuncia,
teniendo en cuenta que luego del rescate continuó desempeñando funciones en la
Embajada de Japón en el Perú hasta octubre de 1997 y luego se trasladó a México
hasta su separación del servicio diplomático.
Otro elemento
vital, Ogura, durante su declaración por videoconferencia, reveló al
Tribunal que a partir de la llegada de
Fujimori en el 2000 entabló comunicaciones frecuentes con la ONG Aprodeh y
luego de algunos meses recién “se animó” a denunciar los hechos presuntamente
vistos durante el rescate de rehenes.
Además a lo
largo de estos años siempre sostuvo que la carta que inicia todas las
persecuciones por el caso Chavín de Huántar la entregó a las autoridades
peruanas y al Poder Judicial peruano.
¡¡¡¡FALSO!!!! Se
estableció el lunes pasado en juicio que dicha carta le fue entregada a Aprodeh
y según razón emitida por funcionario del Ministerio Público se acercó una
persona sin identificación y que decía apersonarse de parte de Gloria Cano a
dejar el documento.
En el juicio en
la Base Naval la abogada de Aprodeh, Lucy Chávez Valenzuela, pretendió evitar
el examen de estas y otras circunstancias por primera vez reveladas hoy a la
opinión pública a fin de no afectar la prueba madre que sustenta las acusaciones
contra los comandos, contra Alberto Fujimori y contra el Perú por el caso
Chavín de Huántar; sin embargo, el Tribunal presidido por la vocal Carmen
Rojassi Pella, con conocimiento jurídico, al ser advertido de los indicios
contra dicho testimonio que obran en el expediente judicial viabilizó las
interrogantes; es por ello que se presentan por vez primera a la opinión
pública a fin de que los lectores saquen sus propias conclusiones.
El señor
Hidetaka Ogura no buscaba con su denuncia “tardía” la búsqueda de justicia, no
señor Ogura, de haber sido así lo hubiera hecho antes, desde el primer
instante, y no alegue un caso de inmunidad diplomática pues la legislación no
le prohíbe y tampoco exime de formular la denuncia correspondiente ante la
presencia de un hecho incuestionablemente delictivo; lo que buscaba usted, su
verdadera intención, era ayudar a
Aprodeh a lograr la persecución y condena de los comandos Chavín de Huántar,
del Perú y del presidente Alberto Fujimori como se puede entrever de la lectura
de su artículo “Fujimori y la Derechización de la Sociedad Japonesa”. (El
artículo escrito por Ogura se encuentra en:
http://w3.desco.org.pe/publicaciones/QH/QH/qh135ho.htm. Invitamos a los
lectores a revisar dicho artículo a fin de conocer al verdadero Hidetaka
Ogura).
Mi experiencia
como abogado defensor determina que el famoso testimonio de Hidetaka Ogura,
“prueba originaria” de toda la persecución relacionada a los hechos, fue creado
a fin de posibilitar la persecución contra los comandos Chavín de Huántar,
contra Alberto Fujimori y contra el Perú de parte y en beneficio de Aprodeh.
Analizada
jurídicamente esta prueba en modo alguno puede sustentar sentencia condenatoria
alguna contra nadie y menos ante la Corte Interamericana o ante algún tribunal verdaderamente
imparcial por la serie de inconsistencias, imprecisiones y contradicciones de
las que adolece. Otra mentira caviar más al descubierto.
Fuente: Dr. Rolando
Sousa diario Expreso