Aún recuerdo mis días de niño, en los cuales asistía al manicomio infantil,
donde usábamos todos, el uniforme de la institución, el cual consistía en un
pantaloncito corto y una camisita de fuerzas en la que orgullosamente
mostrábamos el lema del sanatorio, que rezaba: “LOQUITOS DE ATAR PERO SE LES PUEDE EDUCAR”.
En esos días, los que aún éramos infantes orates a los que nuestras
familias habían internado en el manicomio, pero aún no éramos locos calatos y
peligrosos, (ASÍ
SOMOS AHORA), sino loquitos en vías de aprendizaje de la “profesión”,
(pues llegar
a ser tan loco como yo, no es nada fácil), podíamos salir a festejar
algunas fiestas fuera del manicomio.
Una de esas fiestas y las más esperadas por nosotros era el día de Halloween, debe de ser porque, me
imagino, que en medio de toda esa
algarabía, podíamos dar rienda suelta a nuestras fantasías y salir a las calles mimetizados
entre los niños cuerdos, todos disfrazados a pedir golosinas puerta por puerta,
o mejor dicho, casa por casa, hago la aclaración pues habíamos loquitos que las pedíamos
literalmente puerta por puerta y nos quedábamos sin salir del manicomio hechos
unos cojudos, tocando todas las puertas del local pidiendo caramelos, en las
puertas de los closets, baños, frigidaires, hornos, etc., y al no recibir
respuesta nos poníamos tan furiosos que terminábamos en aislamiento.
Bueno, yendo de frente al tema de los disfraces, recuerdo muy claramente
que entre los niños loquitos, que por ese día salíamos del manicomio y los
niños cuerdos que vivían en sus casas con sus padres, todos teníamos prácticamente
el mismo sueño.
Los más tranquilitos y románticos soñaban en poder ser por un día,
policías, bomberos, piratas, magos, caballeros medievales etc.; mientras que los
más “enfermitos” pretendíamos ser,
vampiros, monstruos, brujas, o zombis, entre otras lindezas, y los de familias
criollas, en chalanes, bailarinas de marinera, etc.
Pero ni en mis más alocados sueños de loco curtido, pensé en que ayer, día
en que el manicomio me dio permiso para asistir a una fiestita de disfraces del
colegio de mi hijita que cursa el segundo grado, me diera cara a cara con una
realidad más severa que monja superiora.
Allí frente a mí y como si no pasara nada, vi como nuestra realidad ha
cambiado por completo la “ingenuidad” de nuestros niños. (Menos mal que como fotógrafo profesional
que soy, cargo con mi cámara a todos lados y pude documentar lo que les contaré
a continuación).
Estaba yo sentado viendo jugar a los niños de primaria, todos con sus
disfraces, cuando de pronto, como salido de las páginas policiales de un
diario, apareció un niño con un fusil M16 y con un pasamontañas negro tapándole
la cara.
Sólo por asegurarme le pregunté, ¿de qué viniste disfrazado? , a lo que el
niño me respondió, ¿NO LO VES?, ¡¡¡SOY UN TERRUCO PUES!!!
Luego, volteo hacia otro extremo del inmenso patio y veo 2 niños, uno
vestido con impecable terno y con guantes blancos, ¡¡llevando también un fusil en las manos,
mientras que delante de él, agazapado, iba otro niño que llevaba tapada la
cabeza con un pasamontañas!!
Sólo para convencerme de qué se trataban sus disfraces les pregunté: ¿Y
ustedes de qué han venido? , a lo que los “angelitos” me respondieron con cara
de “NOSEASHUEVÓN”:
¡¡YO, ME DIJO EL DE TERNO Y GUANTES, SOY NARCOTRAFICANTE, MIENTRAS QUE EL DE PASAMONTAÑAS,
POR SU LADO, ME DIJO QUE ÉL ERA EL TERRORISTA QUE LE CUIDABA LAS ESPALDAS!!
¡¡¡UTAMARE!!!,
¿en qué hueco de mier… está cayendo nuestro país mientras que nadie hace nada
por acabar de una vez por todas con esa lacra terruca y de narcos, que cada
vez, protegidos por esos rábanos de los DDHH avanzan y ya nos están pasando por
encima?
¿Será que el
próximo Halloween, ya todos los niños saldrán disfrazados de terrucos y narcos,
a los que al parecer los ven como una especie de modelos a seguir?
¡¡O LO QUE ES
PEOR, YA NI IRÁN AL COLEGIO, PUES AL VER CÓMO SE GANAN LA VIDA DE FÁCIL ESOS
HIJOS DE P… , SIN QUE NADIE PUEDA CONTRA ELLOS, SIMPLEMENTE “EL DISFRAZ” SE
HARÁ PARTE DE SU VIDA REAL !!
Bueno los dejo,
pues allí vienen mis loqueros a ayudarme a quitarme mi vestido de bailarina de
ballet que usé ayer, y que no puedo quitarme con esta camisa de fuerzas.